sábado, 1 de marzo de 2008

UNA EXTRAÑA SENSACIÓN

Resultados del WISC-R, casos reales, concretos, decisiones que tomar… ¡por fin empezábamos a manejar instrumentos, herramientas! Parecía que teníamos el poder, sé interpretar esto, sé lo que significa y además tengo la oportunidad de ser yo quien decida, por supuesto a través del los resultados de este maravilloso test, las intervenciones que se deberían llevar a cabo con un alumno…

Algo así es lo que sentí cuando comenzamos a trabajar con los casos que se habían propuesto en clase. Algunos datos eran fácilmente analizables, es decir, parecían que mostraban claramente algunos rasgos o aspectos que iban a marcar el desarrollo o que respondían al éxito o fracaso académico de un alumno, sin embargo, a medida que íbamos analizándolos nos dábamos cuenta de que realmente existen muchos factores a analizar antes de tomar decisiones. No debemos dejarnos llevar por las primeras impresiones por fácil y claro que parezca el caso y adoptar posturas precipitadas, sino que debemos reflexionar y pararnos a pensar en todo aquello que puede influir.

Dicho así suena lógico, suena razonable y nadie dudaría en hacerlo, pero ¿qué ocurrirá cuando esos papeles se transformen en alumnos de verdad? ¿Qué ocurre cuando te sientas delante de un alumno, con el maletín del WISC-R a un lado y le dices que vais hacer algunas actividades para ver qué tal va? A mí ya me ha pasado… y tengo que decir que fue una de las sensaciones más angustiantes y más desagradables que he experimentado.

Cuando lo vemos desde un punto de vista más alejado, cuando miramos a través de un cristal, los olores no llegan, las sensaciones se pierden, no apreciamos cómo le tiemblan las manos y la frustración que trasmite cuando no es capaz de poner unos cubos haciéndolos coincidir con el dibujo mostrado. Nuestra cabeza actúa con mayor frialdad. Pero allí estaba yo, junto con la orientadora del centro, pasando una prueba que me iba a decir si ese alumno con el que estábamos tenía un cociente intelectual u otro. Pero eso no fue lo peor… ¿qué se deriva de todo eso? En este momento cualquiera que pueda estar leyendo estas palabras diría: - es necesario porque de esta forma, conociendo las capacidades del alumno podemos trabajar para desarrollarlas al máximo, para adecuar la educación a sus necesidades y así ayudarle a explotar todos sus recursos.

Qué puedo decir… está a años luz la sensación que a mi me quedó… Me sentí como un juez, juzgando lo que ese alumno podría ser, a lo que podría aspirar… Todo empezó para demostrar que ese alumno no iba a titular. ¿Será esa sensación la misma que la que siente un doctor ante la mesa de operaciones?

Creo que las pruebas de inteligencia son uno de los instrumentos más utilizados, más socorridos cuando necesitamos estudiar y analizar lo que está pasando con algunos alumnos, sin embargo, no me gustaría que éstos se convirtieran en una de las actividades centrales de nuestro trabajo, no me gustaría deshumanizarme y dejar de tener la sensación de que nuestra intervención será crucial en ese alumno, tanto para bien como para mal. No me gustaría perder la perspectiva de las cosas.

Por último me gustaría plantearme algunas cuestiones que fueron surgiendo en mi cabeza después de esta situación. ¿Puede la inteligencia de una persona aumentar?, es decir, ¿podemos modificar sus capacidades y con ellas, sus posibilidades?

Yo seguiré pensando que sí. No puedo quedarme en la idea de que un instrumento de medida de inteligencia vaya a determinar lo que somos, hacia donde debemos dirigirnos y a lo que podemos aspirar. No tenemos el derecho, el poder ni la libertad para hacerlo. Utilicemos estas herramientas, ¿por qué no? Pero teniendo cuidado, teniendo muy claro que ese alumno ante el que nos encontramos tiene los mismos derecho y debemos apostar por él de la misma manera que antes de contestar 3 preguntas mal y pasar a la siguiente prueba.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo en que la inteligencia en un individuo varía, y esto creo que lo dijo howard gadner, (creo que se escribe así), que decía que la inteligencia era una capacidad, o sea se puede desarrollar,en su libro del desarrollo del concepto de las inteligencias múltiples. un beso mary

Anónimo dijo...

Hola Mary y Félix

Interesante descripción.

¿Cuál es el propósito de la evaluación? ¿cómo se realiza ésta? ¿cómo se utiliza la información conseguida?

Estas preguntas son fundamentales.
Si comparas la primera parte de la clase, con lo que hicimos al final, tratando de analizar los procesos, creo que se podría responder a la mayoría de las cuestiones que planteas.

La distinción entre evaluación estática y dinámica es fundamental aquí. Espero que te resulten de interés los textos que dejaré al respecto, sobre todo el de Robert Sternberg.

Howard Gardner sí plantea que las inteligencias se pueden desarrollar. Plantear que tenemos al menos 8 maneras diferentes de aprender es un consuelo. 8 diferentes maneras de procesar la información, ó 8 áreas diferentes de desarrollo de nuestras capacidades. Respetar esto sería algo de por sí interesante, estaría bien tratar de aplicarlo en nuestro caso, ¿no? interesante desafío...

Kristel dijo...

Hola!!

Mary cuando he leído tus últimas pregunats tenía clara la respuesta, pero pensándolo más detenidamente no estoy tan segura.

Las capacidades, las habiliaddes, es algo que sí se puede desarrollar, pero no es lo mismo el aprendizaje que la inteligencia, que muchas veces se plantea que es innata.

Mi respuesta es más positiva que negativa, y en realidad espero que sí podamos aumentar nuestra inteligencia, por la cuenta que nos tiene.

Un besito.