viernes, 28 de marzo de 2008

CONECTAR, SINTONIZAR, BURBUJA... ¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO?


Conectar, sintonizar e incluir en nuestro espacio. Tres conceptos diferentes que hace falta aclarar para no entrar en confusiones.

En primer lugar, creo que lo principal es sintonizar con la persona ante la que nos encontramos, pero ¿a qué nos estamos refiriendo cuando hablamos de sintonizar? Cuando llegué a clase la semana pasada, la actividad ya había empezado y simplemente me dijeron que tenía que hablar. ¡Bien! Pensé. Eso sé hacerlo… y eso hice, comencé a hablar, y sin darme cuenta, estaba sintonizando con las compañeras con las que estaba haciendo la actividad. Realmente yo no me di cuenta de lo que estaba pasando, sino que una vez que terminamos, la compañera encargada de fijarse en los aspectos que indicaban si estábamos o no sintonizando unas con otras, empezó a analizar la situación y a mostrarnos a qué se refería con eso de la sintonía.

- ¿No te has dado cuenta de que he empezado a hablar más alto?
- No. ¿Por qué lo has hecho?
- Porque tú has empezado a hacerlo.

Esto es quizá el nivel más bajo de la sintonía, es decir, el llevar la conversación a un mismo nivel, donde todos los implicados están transmitiendo información desde un volumen de voz parecido, con un registro parecido… Sin embargo, en mi opinión, cuando hablamos de sintonía debemos dar un paso más.

¿Para qué es importante crear esta sintonía con aquella persona que tenemos delante? Creo que lo que buscamos en el fondo es conectar con esa persona, comenzar a crear ese vínculo, esa conexión que nos haga generar un clima de confianza que nos permita tratar temas de distinta forma dependiendo del contexto en el que nos encontremos.

En reflexiones anteriores me surgían dudas a cerca de hasta qué punto hay que implicarse con las personas, es decir, hasta qué punto debemos incluirlas dentro de nuestro espacio. Pues bien, después de leer algunas aclaraciones queda claro que las personas podemos dividirnos en parcelas y que debemos tenerlas presentes ya que van a condicionar la manera de relacionarnos con las personas dependiendo del momento, del contexto, del lugar… Quizá esta idea no estaba antes en mi forma de pensar y el motivo principal era que no me sentía sincera actuando de esta manera, dividiéndome en parcelas dependiendo de la persona ante la que me econtrara. Cuando conocemos a una persona siento que la sinceridad es importante para poder crear un vínculo, para poder crear ese clima de confianza necesario para compartir experiencias, ideas, sentimientos… De forma que, desde mi punto de vista, ofrecer solamente determinadas parcelas a los demás era como si estuviéramos escondiendo otras, como si estuviéramos negando o engañando sobre algún aspecto de nuestra vida. Ahora entiendo que no se trata de esconder unas sino de mostrar aquellas que realmente pueden ser útiles y coherentes en determinados contextos y con determinadas personas.

Preparar el ambiente, sintonizar, es un paso previo para conectar con las personas, para comenzar a ofrecer aquellas parcelas concretas de nuestra vida teniendo siempre en cuenta el contexto que nos rodea y que nos une. No es cuestión de abrir nuestra personalidad al 100% en todos los ámbitos, no consiste en ser sinceros en todas las parcelas de nuestra vida. Consiste en ser nosotros mismos, en ofrecernos completamente en aquellos espacios en los que hemos conectado con la persona, en aquellos espacios donde se produjo una sintonía y que realmente son los únicos a través de los cuáles esa conexión tiene sentido. ¿De qué serviría, por ejemplo, mostrar parcelas personales a una persona que viene a pedirnos ayuda, guía, consejo… como psicopedagogos? No es en la parcela personal desde donde podemos sintonizar con esa persona, sino desde un punto de vista profesional. Por lo tanto, creo que elegir esa parcela desde la que vamos a mostrarnos al otro, es esencial para comenzar a crear un vínculo con él ya que realmente es desde el único espacio desde el que podremos responder a las necesidades de cada uno.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola: He leído atentamente tu comentario sobre conectar..sintonizar..burbujear..¿de qué estamos hablando? y me ha gustado mucho. Te dejo una pequeña reflexión sobre la importancia de "conectar" con las personas sobre todo desde nuestro ámbito.
Creo que sin conexión no es posible realizar una correcta intervención.Y para ello debemos hacer un esfuerzo en mostrarnos ante las personas de un modo empático, intentar que quien tengamos enfrente se encuentre agusto con nosotr@s; generalmente te van a comentar temas muy íntimos, penas, frustraciones, miedos etc. ¿Te imaginas contarle tu estas cosas a alguien que no conoces o simplemente que te caiga mal? ¿lo harías?, yo personalmente creo que no. De ahí la necesidad de mostrarnos cercanos, crear "un contexto" agradable, hacer que la otra persona se sienta como mínimo relajada, que confíe en nosotr@s , que no se sienta observada y que pueda expresarse libremente, si no hay "conexión" esto no es posible.
¿No te ha pasado nunca que alguien te cae "mal" sin haber hablado nada con el o ella?, se nota cuando no hay "química", nos pasa a todos, pero podemos estar en el otro lado, caer "gord@s" nosotros y entonces ¿que ocurre con la intervención?. desde nuestra madurez, sabemos que debemos conocer a las personas y no juzgarlas, en el caso de los adolescentes esto no ocurre, "adolecen de": sensatez,paciencia, confianza etc. Y hay que llegar a ellos, "conectar" como tu muy bien dices, y aunque es difícil... si nos ven cerquita no lo podrán difícil. Un besito. Aure