lunes, 31 de marzo de 2008

¿POR QUÉ NO?


Y como este blog es personal, como en él puedo escribir reflexiones, pensamientos... ¿por qué no incluir uno más? Quizá no tiene que ver con las asignaturas pero sí tiene que ver conmigo.


''Igual que las grandes historias,las que realmente importan, llenas de oscuridad y constantes peligros, de esas de las que no quieres saber el final porque... ¿Cómo van a acabar bien? ¿Cómo volverá el mundo a ser lo que era después de tanta maldad como ha sufrido?.
Pero al final todo es pasajero, como esta sombra... Incluso la oscuridad se acaba... para dar paso a un nuevo día, y cuando el Sol brilla; brilla más radiante aún, esas son las historias que llenan el corazón, porque tienen mucho sentido aún cuando eres demasiado pequeño para entenderlas..."

viernes, 28 de marzo de 2008

CONECTAR, SINTONIZAR, BURBUJA... ¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO?


Conectar, sintonizar e incluir en nuestro espacio. Tres conceptos diferentes que hace falta aclarar para no entrar en confusiones.

En primer lugar, creo que lo principal es sintonizar con la persona ante la que nos encontramos, pero ¿a qué nos estamos refiriendo cuando hablamos de sintonizar? Cuando llegué a clase la semana pasada, la actividad ya había empezado y simplemente me dijeron que tenía que hablar. ¡Bien! Pensé. Eso sé hacerlo… y eso hice, comencé a hablar, y sin darme cuenta, estaba sintonizando con las compañeras con las que estaba haciendo la actividad. Realmente yo no me di cuenta de lo que estaba pasando, sino que una vez que terminamos, la compañera encargada de fijarse en los aspectos que indicaban si estábamos o no sintonizando unas con otras, empezó a analizar la situación y a mostrarnos a qué se refería con eso de la sintonía.

- ¿No te has dado cuenta de que he empezado a hablar más alto?
- No. ¿Por qué lo has hecho?
- Porque tú has empezado a hacerlo.

Esto es quizá el nivel más bajo de la sintonía, es decir, el llevar la conversación a un mismo nivel, donde todos los implicados están transmitiendo información desde un volumen de voz parecido, con un registro parecido… Sin embargo, en mi opinión, cuando hablamos de sintonía debemos dar un paso más.

¿Para qué es importante crear esta sintonía con aquella persona que tenemos delante? Creo que lo que buscamos en el fondo es conectar con esa persona, comenzar a crear ese vínculo, esa conexión que nos haga generar un clima de confianza que nos permita tratar temas de distinta forma dependiendo del contexto en el que nos encontremos.

En reflexiones anteriores me surgían dudas a cerca de hasta qué punto hay que implicarse con las personas, es decir, hasta qué punto debemos incluirlas dentro de nuestro espacio. Pues bien, después de leer algunas aclaraciones queda claro que las personas podemos dividirnos en parcelas y que debemos tenerlas presentes ya que van a condicionar la manera de relacionarnos con las personas dependiendo del momento, del contexto, del lugar… Quizá esta idea no estaba antes en mi forma de pensar y el motivo principal era que no me sentía sincera actuando de esta manera, dividiéndome en parcelas dependiendo de la persona ante la que me econtrara. Cuando conocemos a una persona siento que la sinceridad es importante para poder crear un vínculo, para poder crear ese clima de confianza necesario para compartir experiencias, ideas, sentimientos… De forma que, desde mi punto de vista, ofrecer solamente determinadas parcelas a los demás era como si estuviéramos escondiendo otras, como si estuviéramos negando o engañando sobre algún aspecto de nuestra vida. Ahora entiendo que no se trata de esconder unas sino de mostrar aquellas que realmente pueden ser útiles y coherentes en determinados contextos y con determinadas personas.

Preparar el ambiente, sintonizar, es un paso previo para conectar con las personas, para comenzar a ofrecer aquellas parcelas concretas de nuestra vida teniendo siempre en cuenta el contexto que nos rodea y que nos une. No es cuestión de abrir nuestra personalidad al 100% en todos los ámbitos, no consiste en ser sinceros en todas las parcelas de nuestra vida. Consiste en ser nosotros mismos, en ofrecernos completamente en aquellos espacios en los que hemos conectado con la persona, en aquellos espacios donde se produjo una sintonía y que realmente son los únicos a través de los cuáles esa conexión tiene sentido. ¿De qué serviría, por ejemplo, mostrar parcelas personales a una persona que viene a pedirnos ayuda, guía, consejo… como psicopedagogos? No es en la parcela personal desde donde podemos sintonizar con esa persona, sino desde un punto de vista profesional. Por lo tanto, creo que elegir esa parcela desde la que vamos a mostrarnos al otro, es esencial para comenzar a crear un vínculo con él ya que realmente es desde el único espacio desde el que podremos responder a las necesidades de cada uno.

viernes, 21 de marzo de 2008

CASO APLICACIÓN ITPA


Beatriz es una niña de 6 años de edad a la que se le ha pasado la prueba de Habilidades Psicolingüísticas de Illinois.
La media que presenta el sujeto está en 31 puntos, bastante cercana a la media de la población. De la misma forma, muestra un perfil bastante cercano a su media a excepción de determinadas pruebas incluidas principalmente dentro del nivel automático.

En primer lugar, destacamos una discrepancia positiva muy llamativa de 13 puntos en la prueba de comprensión visual. Por otra parte, en las pruebas de integración visual, memoria secuencial auditiva y memoria secuencial visual, presenta unas discrepancias negativas de entre 9 y 7 puntos, consideradas dentro del límite de lo normal como indica el manual del test. Sin embargo, aunque estas tres últimas pruebas no presentan discrepancias del todo llamativas, lo que sí podemos observar y analizar es que todas ellas se encuentran integradas dentro del mismo nivel de organización (nivel automático) que nos ofrece información acerca del grado de desarrollo de la habilidad comunicativa. Además, si nos fijamos en las puntuaciones de edades que muestran en cada una de estas pruebas, vemos que hay diferencias grandes ya que mientras el sujeto tiene en el momento de realización de la prueba 6 años, en dichas actividades muestra edades desde 0 a 4 años. Por último, cabe destacar que la prueba complementaria de integración auditiva incluida también en el nivel automático, presenta una discrepancia con respecto a su media de 14 puntos.

¿Qué quiere decir todo ésto?

En mi opinión, el sujeto ante el que nos encontramos presenta dificultades principalmente relacionadas con la memoria y con la asociación y conexión de diferentes ideas que se presentan en un principio sin relación entre ellas, es decir, presenta dificultades para relacionar elementos y para recordar secuencias a corto plazo. En concreto, se presentan dificultades para pasar de lo concreto a lo abstracto, de las partes de un todo a la unidad (llegamos a esta conclusión porque las pruebas más significativas son aquellas que consisten en reconocer una unidad, un objeto, palabra… presentándola de forma fragmentada)
Por otra parte, se ve necesario llevar a cabo algún tipo de prueba complementaria que descarte cualquier tipo de deficiencia en el canal auditivo porque todas las pruebas en las que la alumna tiene puntuaciones más bajas, corresponden a este canal.

Desde mi punto de vista, esta alumna puede estar teniendo dificultades en el aprendizaje de la lectura, por una parte porque el método que se esté llevando a cabo puede que no sea el adecuado si se está trabajando a través del método analítico, y por otra parte, debido a la dificultad que presenta en la memoria a corto plazo lo que le puede estar influyendo para recordar las asociaciones entre fonemas.

Para terminar, y centrándonos en los procedimientos de intervención de Kirk y Kirk (1980), señalamos algunas actividades que se podrían llevar a cabo para mejorar las capacidades que se encuentran más alejadas de la media.

Memoria Secuencial Auditiva: actividades de repetición de gestos asociados a sonidos, repetición de trabalenguas, verbalizar las actividades que llevamos a cabo (ej. Coge el libro de lengua, ábrelo por la página 4 y pon una cruz en la actividad 6…), etc.
Memoria Secuencial Visual: hacer conexiones y relaciones entre dibujos, visualizar una imagen e intentar posteriormente recordarla describiéndola, clasificar y ordenar objetos según un criterio trabajado anteriormente…
Integración Auditiva: actividades donde el alumno tenga que completar frases, palabras, refranes…, repetición de frases, palabras, etc. a diferente velocidad…
Integración Visual: actividades con rompecabezas, sopas de letras, diferenciar figura-fondo, identificar figuras, dibujos, letras, etc. que se presentan parcialmente, o entre otras, etc.

miércoles, 19 de marzo de 2008

¿EN CUÁNTAS PARCELAS PUEDES DIVIDIRTE TÚ?


Después de imaginarme dentro de una burbuja, de hacer partícipe de ella a unas personas y luego al verme obligada a sacarlas nuevamente fuera, me he dado cuenta de que todos necesitamos un cierto espacio, aire del que disfrutemos nosotros solos o en compañía de quien nosotros mismos decidamos.

En mi opinión, cuando hacemos a alguien partícipe de nuestra “burbuja”, de nuestro espacio personal, se genera una relación diferente, se experimentan una serie de sensaciones por parte de ambas personas (creo) que hace que el ambiente se relaje, que la relación pueda ser más amistosa y que todas las personas implicadas puedan ser más sinceras y más ellas mismas.
Pues bien, a partir de estas ideas comienzan a surgir en mi cabeza algunas dudas con respecto al tema.

En mi opinión, para que una persona se sienta a gusto a nuestro lado, para que confíe en nosotros, para formar parte de su espacio personal y que nos deje entrar allí sin llamar, debemos primero hacer sentir a esa persona que forma parte de nuestro propio espacio, es decir, que está dentro de nuestra famosa burbuja. Sin embargo se plantea un problema. Si abordamos este terreno desde el punto de vista profesional, es decir, desde nuestro propio punto de vista como futuros psicopedagogos, se plantean algunas situaciones que creo tienen relación en este terreno.

En multitud de ocasiones nos encontraremos frente a personas (adultos, niños, adolescentes…) que tienen quizá que hablarnos de temas delicados, de situaciones que pueden estar afectando a su vida cotidiana, a su relación con la familia, amigos, a su rendimiento académico o incluso a su propia persona en sí misma. Desde mi punto de vista, para que una persona confíe en nosotros y deposite toda esa carga emocional que puede estar llevando a sus espaldas, necesitaremos antes haber creado algún tipo de vínculo, algún tipo de conexión que haga sentir a la persona que está en un lugar “seguro”, donde puede hablar, donde puede abrirse, donde puede compartir con nosotros sentimientos, deseos, preocupaciones, etc. ¿Cómo se traduce todo ésto? Sencillamente creo que se traduce en incluir a esa persona dentro de nuestra burbuja o al menos, hacerle sentir que está dentro (aunque realmente cuestionaría si una persona llegaría a sentirse conectado de esta manera con otra que no la incluye en su espacio personal. En mi opinión, se generan ciertas sensaciones, miradas, gestos, formas de hablar, etc. que son indicadores que nos muestras si estamos siendo o no aceptados por alguien). Pero, ¿podemos incluir a todo el mundo dentro de este rincón del mundo que guardamos para nosotros? ¿Debemos? ¿Podemos abrirnos a las personas en parcelas e incluir a cada una de ellas en cada uno de estos espacios o cuando incluimos a alguien lo hacemos completamente?

Si, como he señalado en las cuestiones anteriores, podemos abrirnos al mundo en pequeñas parcelas e incluir a los individuo en cada una de ellas, no habría más problemas que el de encontrar nuestra parcela profesional e incluir en ella a todos nuestros “pacientes”, y cerrar el resto. Pero si por el contrario no podemos seleccionar la parte de nuestro espacio a la que queremos dejar pasar, ¿cómo haremos para generar ese clima de confianza, de seguridad si no incluimos a la persona en nuestro terreno? o bien, ¿deberíamos implicarnos por entero a cada uno de ellos?


Desde mi punto de vista, siempre debemos dejar un margen entre nuestra vida profesional y nuestra vida personal, y es por ello por lo que me gustaría pensar que podemos abrirnos en parcela a los demás, sin embargo, al igual que antes decíamos que las personas notan cuándo están siendo incluidas o no dentro de esas parcelas, ¿no notaríamos también cuándo sólo nos dejan acceder a algunas de ellas? ¿Implicaría ésto algún tipo de reacción en la otra persona? No sé si quizá este sentimiento podría generar en los individuos el efecto contrario al que buscábamos, es decir, en lugar de crear un buen clima de confianza, crear uno de desconfianza y de incertidumbre por esas parcelas a las que nos han prohibido la entrada… ¿Dónde está el punto medio?

A través de esta reflexión mando quizá muchas cuestiones que ahora no quedan resueltas, pero a las que espero volver con ideas más claras.

sábado, 1 de marzo de 2008

NUEVO CURSO DE HABILIDADES SOCIALES: CÓMO HACER QUE LOS DEMÁS ME ATRIBUYAN LAS HABILIDADES SOCIALES QUE YO QUIERO

Seguramente no pueda definir lo que es una habilidad social porque aún no lo hemos aclarado, no lo hemos trabajado en el aula. Sin embargo, podría mostrar una aproximación que yo misma he elaborado a lo largo del tiempo centrándome en mis experiencias y conocimientos.

Una habilidad social sería la capacidad que pueden tener las personas o bien que pueden desarrollar para no sólo comprenderse mejor a sí mismos y a los demás sino también para favorecer y facilitar sus relaciones con el mundo que les rodea, centrándonos principalmente en las relaciones sociales.

Ante esta definición que yo misma he propuesto, surge una cuestión. ¿Todo el mundo tiene habilidades sociales? En mi opinión, las personas podrían llegar a desarrollar determinadas habilidades sociales. No suelo ser partidaria de afirmar que algo suele ser intrínseco al individuo, que viene con él y que está fijado en sus genes, sino que me gusta apostar por un aprendizaje donde todo el mundo tenga las mismas oportunidades, olvidar el determinismo y apostar por la evolución y el cambio. De esta forma, creo que no todo el mundo tiene porqué nacer con determinadas habilidades sociales sino que estas también pueden desarrollarse a lo largo de la vida.

Pero, ¿qué ocurre cuando el resto de las persona se empeñan en atribuirnos determinadas capacidades o habilidades? Creo que en muchas ocasiones no somos nosotros los que las poseemos sino que son las personas que hay a nuestro alrededor, aquellas que ya tienen una idea acerca de nosotros, que proyectan sus expectativas en nuestras persona etc. las que en muchas ocasiones nos atribuyen características que a veces pueden coincidir con la realidad pero que en otras no. Y ¿Qué implica esto? En mi opinión, el que el resto de personas nos definan de una determinada manera va a influir también en aquello que esperan de nosotros, en aquello que esperan ver en nuestra actitud o forma de actuar ante determinadas situaciones.

No me gusta que la gente me atribuya determinadas habilidades sociales, no me gusta que los demás descarguen sobre otros, responsabilidades que quizá no son capaces de asumir… Prefiero que cada uno llegue a ser capaz de reflexionar sobre aquellas habilidades que realmente ha desarrollado o que forman parte de su persona, que seamos nosotros mismos los que lleguemos a esa conclusión, y que no se utilicen de excusa para delegar responsabilidades ni para responsabilizar al resto de determinadas circunstancias.

Propongo una nueva asignatura: cómo hacer que el resto me atribuya las habilidades sociales que yo quiero. ¿No daría mejor resultado que los demás me atribuyeran las habilidades sociales que ellos creen que tengo en lugar de desarrollarlas yo misma? Lo van a hacer de todas formas… Por lo menos estar preparados… y pensándolo bien… ¿no estaríamos trabajando a la vez una habilidad social con esa nueva asignatura que propongo?... La habilidad de la persuasión quizá… ahí lo dejo…

UNA EXTRAÑA SENSACIÓN

Resultados del WISC-R, casos reales, concretos, decisiones que tomar… ¡por fin empezábamos a manejar instrumentos, herramientas! Parecía que teníamos el poder, sé interpretar esto, sé lo que significa y además tengo la oportunidad de ser yo quien decida, por supuesto a través del los resultados de este maravilloso test, las intervenciones que se deberían llevar a cabo con un alumno…

Algo así es lo que sentí cuando comenzamos a trabajar con los casos que se habían propuesto en clase. Algunos datos eran fácilmente analizables, es decir, parecían que mostraban claramente algunos rasgos o aspectos que iban a marcar el desarrollo o que respondían al éxito o fracaso académico de un alumno, sin embargo, a medida que íbamos analizándolos nos dábamos cuenta de que realmente existen muchos factores a analizar antes de tomar decisiones. No debemos dejarnos llevar por las primeras impresiones por fácil y claro que parezca el caso y adoptar posturas precipitadas, sino que debemos reflexionar y pararnos a pensar en todo aquello que puede influir.

Dicho así suena lógico, suena razonable y nadie dudaría en hacerlo, pero ¿qué ocurrirá cuando esos papeles se transformen en alumnos de verdad? ¿Qué ocurre cuando te sientas delante de un alumno, con el maletín del WISC-R a un lado y le dices que vais hacer algunas actividades para ver qué tal va? A mí ya me ha pasado… y tengo que decir que fue una de las sensaciones más angustiantes y más desagradables que he experimentado.

Cuando lo vemos desde un punto de vista más alejado, cuando miramos a través de un cristal, los olores no llegan, las sensaciones se pierden, no apreciamos cómo le tiemblan las manos y la frustración que trasmite cuando no es capaz de poner unos cubos haciéndolos coincidir con el dibujo mostrado. Nuestra cabeza actúa con mayor frialdad. Pero allí estaba yo, junto con la orientadora del centro, pasando una prueba que me iba a decir si ese alumno con el que estábamos tenía un cociente intelectual u otro. Pero eso no fue lo peor… ¿qué se deriva de todo eso? En este momento cualquiera que pueda estar leyendo estas palabras diría: - es necesario porque de esta forma, conociendo las capacidades del alumno podemos trabajar para desarrollarlas al máximo, para adecuar la educación a sus necesidades y así ayudarle a explotar todos sus recursos.

Qué puedo decir… está a años luz la sensación que a mi me quedó… Me sentí como un juez, juzgando lo que ese alumno podría ser, a lo que podría aspirar… Todo empezó para demostrar que ese alumno no iba a titular. ¿Será esa sensación la misma que la que siente un doctor ante la mesa de operaciones?

Creo que las pruebas de inteligencia son uno de los instrumentos más utilizados, más socorridos cuando necesitamos estudiar y analizar lo que está pasando con algunos alumnos, sin embargo, no me gustaría que éstos se convirtieran en una de las actividades centrales de nuestro trabajo, no me gustaría deshumanizarme y dejar de tener la sensación de que nuestra intervención será crucial en ese alumno, tanto para bien como para mal. No me gustaría perder la perspectiva de las cosas.

Por último me gustaría plantearme algunas cuestiones que fueron surgiendo en mi cabeza después de esta situación. ¿Puede la inteligencia de una persona aumentar?, es decir, ¿podemos modificar sus capacidades y con ellas, sus posibilidades?

Yo seguiré pensando que sí. No puedo quedarme en la idea de que un instrumento de medida de inteligencia vaya a determinar lo que somos, hacia donde debemos dirigirnos y a lo que podemos aspirar. No tenemos el derecho, el poder ni la libertad para hacerlo. Utilicemos estas herramientas, ¿por qué no? Pero teniendo cuidado, teniendo muy claro que ese alumno ante el que nos encontramos tiene los mismos derecho y debemos apostar por él de la misma manera que antes de contestar 3 preguntas mal y pasar a la siguiente prueba.

¿SIEMPRE 2 + 2 SON 4?

¿Qué es una Dificultad de Aprendizaje?

Es el primer paso que deberíamos dar… comenzar por entender de qué estamos hablando para poder posteriormente ir avanzando en el terreno.
En multitud de ocasiones nos hemos encontrado con la necesidad de delimitar las ideas que estamos tratando, el tema del que estamos hablando y para ello hay que dejar claro que todas las partes entienden a qué nos referimos cuando utilizamos unos u otros conceptos. Es esencial que exista una buena comunicación, que todos estemos en el mismo plano, no sólo para poder escuchar, sino también para comprender, para compartir nuestras ideas y para ir recogiendo nuevas perspectivas de las que quizá antes nunca habíamos oído hablar.
En mi opinión, a menudo es difícil aceptar que existen otras formas de entender una misma cuestión, y ante estas situaciones podemos también adoptar posturas diferentes:

- ¿Me dejo llevar por la conversación, me involucro en ella y absorbo y selecciono la nueva información aunque esto suponga quizá una reestructuración de mis esquemas mentales?
- ¿Defiendo hasta la muerte mis ideales porque los he consolidado a través de la experiencia, de mis lecturas, conocimiento, etc. y son los que marcan mi propia forma de ser, actuar, de pensar…?

Estas cuestiones surgen quizá por los primeros pasos que hemos iniciado en la asignatura de Dificultades de Aprendizaje e intervención psicopedagógica. Comenzamos partiendo de buscar un consenso no en la manera de entender las dificultades de aprendizaje, sino en acotar a qué nos estábamos refiriendo cuando utilizásemos ese término en nuestras conversaciones.
El término dificultad de aprendizaje puede ser entendido desde diferentes perspectivas. Podemos analizar cada una de ellas y utilizarlas en beneficio nuestro, es decir, aprovechando las ventajas que cada una aporta, o bien podemos reducirnos a una simple postura que quizá sea más acorde con nuestros pensamientos pero que también presenta limitaciones.

En mi opinión, entiendo por dificultad de aprendizaje, si es que es necesario adoptar este término, todo aquello que puede estar influyendo en el proceso de aprendizaje de un individuo, todo aquello que le hace avanzar o retroceder de una forma diferente al resto. ¿Dificultad de aprendizaje? Quizá me hubiera gustado más llamarlo “diferentes formas de acercarnos al conocimiento, al desarrollo de destrezas”… Es esta una concepción muy amplia del término ya que entiendo que todo aquello que está en constante interrelación con el individuo puede influir en su manera de acceder a la cultura, pero ¿es la única concepción que existe?
Nos encontramos también con concepciones más restringidas que limitan su campo de estudio a aquellos factores que dificultan el acceso a tareas relacionadas con la lecto-escritura y con el cálculo, relacionándolo con una alteración en el S.N.C.
Podría ante esta situación, aferrarme a la idea de que esto es una concepción anticuada, que limita el campo de estudio y que no explora todos los campos que influyen en el desarrollo de una persona. Sin embargo, he decidido no cerrar las puertas a cada opción y escoger todo cuanto me puede facilitar mi desarrollo en esta asignatura. No quiero que mis propias ideas anteriormente formadas, mis principios, creencias o formas de pensar se conviertan en una “dificultad de aprendizaje” que me impida ver los aspectos favorables de otras maneras de entender las cosas.

Por ello terminaré diciendo que todo depende del cristal con el que se mire, pero lo importante, creo, es ir formando nuestras propias lentes con cristales desmontables, no vaya a ser que 2 y 2 dejen de ser 4 y yo no sea capaz de verlo.